viernes, abril 30, 2010

Being yours~

¿Qué es un sueño? ¿Qué es la realidad?

Hoy, aquí, contigo... no quiero averiguar lo que significa cada uno. No quiero darme cuenta de que en mi locura he terminado por crear una fantasia estática donde estás conmigo.

Mi alegría quiere basarse en lo más hermoso que existe en mi mente. Un recuerdo. Vivir por siempre ahí, mi mayor anhelo.

Cuando te escuché a lo lejos, sin siqueira conocerte, me di cuenta de que ahí estaba mi destino. Escrito vaticinio con las ondas de la música que dejabas huir y reflejandose en el agua me invita a seguirte.

No te encontré.

Tiempo después, sin forzar al mundo, te detuviste frente a mi, me miraste. Tu voz resonó en mi mundo, mi universo brilló de otro color, de otro tono. Algo me decía que yo te busqué por tanto tiempo y ahora, ahí...

La rosa que tu universo musical planto en mi pecho, comenzó a crecer. Florecía cada vez un poco más y sentía que nada me faltaba. Pero ahí estaba: tu amante. Un ser magnífico que te hacía feliz, que te completaba. Yo sobraba ahí.

Quería ser aquella persona que elvara tu mano, que la sostuviera al caminar, que le diera fuerzas para seguir hasta el último día de vida.

miércoles, abril 28, 2010

Yo

El frio comienza a calar mi cuerpo. Llevó varias horas parada bajo el frio,simplemente viendo el horizonte. Y a pesar de que no logre divisar más allá de un edificio de un color apagado y aburrido como suele ser siempre el gris, suelto un suspiro que poco a poco recorre mi labios en un doloroso silencio; no es cualquier suspiro, son mis palabras siendo calladas por tu indiferencia, por tu crueldad conmigo.

Gris... No puedo despegar mi mirada de aquella construcción. Siento frio y la niebla, que se ha provocado por el clima, me impide ahora mirar lo que ha mantenido mi atención lejos de mi, de mis pensamientos y de toda imagen que pueda perturbarme. La desesperación está encarando cada uno de mis sentidos. Claro, eso era. No quiero volver a la realidad, pues si vuelvo a ella no habrá más imagen que la tuya, y jure por la reminiscencia de mi persona que nunca lloraría por nadie, pero creo que es tarde... Siento un terrible calor en mis ojos y temo tocarlos para sentir el minimo rastro de lo que podría indicar tu encarnación invadiendo el espacio de mi inteligencia.

Todo se ve interrumpido por el taciturno sollozo de una muchacha que se sontiene de pie a mi lado, ocultando su rostro al resto de los estudiantes de la escuela. No puedo divisar su ropa más allá del color negro que posee, pero puedo ver que su cabello es rizado y obscuro, y que que se declina hacia sus hombros y que un majo flequillo cubre sus ojos. Debo haber buscado un nuevo punto de distracción, porque no ha transcurrido el tiempo lo suficiente como para que mis acciones la atrajeran. Sus ojos... Son familiares. Por supuesto: Son mis ojos, es mi boca... mi rostro. Ella soy yo.

Esto es simple fantasia; una simple ilusión que ha creado mi autodefensa para no invocar tu nombre en mis labios. Siento la misma desesperación de antes, ese horrible ardor en mis ojos y vaticino pequeñas gotas salinas escapar de mis párpados. Es el momento, comienzan a huir, lo se, lo siento.

No. Eso no es posible. Mis dedos se han acercado a cubrir huellas de lo que he llamado por años, debilidad, pero sorpresa fue cuando al tocar el color azafranado de mi rostro, no han encontrado nada. Yo las deje escapar. Si no están en mi rostro, a donde han huido? Vuelvo mi mirada a la joven frente a mi, a mi otro yo. Sus ojos están húmedos por las lágrimas que debilitaron mi cuerpo. No. No es verdad. Ella... ella es yo. Es mi alma... Mi mente.

-"Has excedido el límite" - Enjuga nuestras lágrimas. -" Lo has hecho de nuevo."

Murmura casi en silencio, incluso, dudo haber visto movimiento en sus labios. Quiero moverme, huir, pero no puedo. Ella es mi fuerza, mi voluntad y mi mente. Ella es yo, y ella no desea ningún movimiento.

-"Estás lista?- Sonrie melancolicamente, derramando un par de lágrimas más por orden de mis ojos.

Esta utopía equívoca se quiebra frente a mi ante el sonido chirriante que anuncia el final de una clase más. Nada está ahí: Ni mi reflejo demacrado, ni la niebla, incluso el frio se ha ido. No puedo moverme del temor. Apareces frente a mi y no puedo hacer nada más allá de decirte "Adios... Te quiero."

Me miras con asombro. Tus palabras amenazan a tus labios con huir pero el orgullo en tu cuerpo las vence al fin. Sonrio y bajo la mirada. Entiendo, no pretendo que me quieras. Miro de nuevo hacia la pared gris: Ahí están de nuevo: La niebla, el frio y yo, sentada en las bancas de frio material. Doy un paso levantando lentamente mi mano. Tú me miras asustado.

-"Es el momento" - Mi otro yo se acerca intentando abrazarme.

-"Estoy lista...Me siento cansada"- Todo aquello que rompí con mi presencia, las palabras hirientes que dije, mi ingratitud dolorosa... Mis sentimientos exagerados hacia las personas equivocadas pasan por mi mente. Te miro una vez más compartiendo lágrimas con mi reflejo, que en un par de pasos ha llegado hasta mi y me ha abrazado. Lentamente comenzamos a unirnos, hasta que formamos un solo ser.

Me siento débil y mis piernas flaquean. Mi fuerza se ha ido y se ha llevado consigo mis pensamientos y mi alma. Caigo poco a poco al suelo pero no toco mi destino: Me sostuviste un poco antes y con lo que sobra en mi indolente cuerpo te sonrio, esta vez realmente feliz, incluso ahora que tus lágrimas caen en mi rostro permitiendome probarlas. Me desvanezco poco a poco quedando como último recuerdo para la eternidad, tu imagen.

Orgullo

Orgullo... No he encontrado una respuesta concreta a lo que orgullo es. Durante estos años, he carecido de orgullo alguno, y creí que nada importaría si podía conseguir a alguien como tú, pero mentí. No puedo ir en mi contra.
Puedo verte. Necesito verte, pero no me atrevo. Alcanzo a ver tu silueta pasando a un lado mio, ignorando la emanación de mi ser, que intenta enfatizar todo lo que en mi existe, y que al final, nadie logra ver. Quizás es una gratificación nítida a todo lo que la vida, de forma dolorosa, ha consignado a mi piel y a mi mente. Pero no estoy más que aquí, degustandome de tu exquisito aroma que me elude. No se si se trata de un capricho de mis sentidos que te persiguen, o si se trata de una mofa que tu superioridad te obliga a realizar, pero lo sé. Ese embriagante perfume está cada vez más cerca.
La ansiedad carcome mi coraza de fortaleza y me hace levantar el rostro. Ahí está el tuyo. Al final, fue una burla de tu altanería. Gózalo. Anda, búrlate de mi, disfruta cada lágrima que arrancarás de mis pupilas temblorosas. Y cada vez que mires mis labios ser lacerados para no escupir un 'te quiero', piensa en que son para ti, y que siempre estarán ahí, esperándote.
Te inclinas para besar mi mejilla, pero la presión desprende una sensación dolorosamente cálida que tú bebes en un contacto sutil. Mi cuerpo siente frío. Todo mi cuerpo excepto mi mejilla, donde has rozado con tu boca. Mis músculos comienzan a perder fuerza. Tal pareciera que los absorbes por los poros, en cada inhalación. Aproximas el resto de tu cuerpo, para envolverme en falacias y mentiras piadosas, pero no puedo. No opongo resistencia. Oprimes mis sueños, fuerzas y dignidad en un abrazo que nunca se completará y sólo dejará en mi, heridas abiertas y la más grande entrada al dolor.
Sin embargo, cada vez que me preguntan el porqué permanezco a tu lado, respondo siempre de la misma forma: Te amo.

Te amo.

Lo note desde que, en lejanía, tu sombra se fusionó con la mía en una broma que el alba me jugó con su luz. Sonreí al verte tan cerca. Podía sentirte y no temía nada.

¿Cómo podría? Nunca, en los instantes que he vivido, he rogado al cielo porque te concedas mio, pero le he implorado a la vida que me permita refugiarte de los golpes de tus fieles incondicionales, y hasta ahora, creí que podía protegerte en un abrazo y lo estaba logrando, mientras a lo largo del día, tú te acercabas más a mi en un juego de siluetas.

Que te hirieran. Ese era mi más grande temor.

Mi mundo terminó en el momento en que me uní a esos entes de los que te protegí durante tanto tiempo. Era una aliada que traicionaba sus anhelos sin saberlo, y tarde fue cuando lo averigüe, pues ya te habían llevado lejos de mi. Entonces fue cuando la noche, traicionando mi confianza, te alejó y nuestras sombras nunca se acercaron de nuevo.

Quedé ahí, inmóvil, sin respuestas, creando una muralla invisible a tus ojos y disfrazada de indiferencia. Todo lo que creí verdad, se esfumó en un instante y sin dar explicaciones. De nuevo, te acercas para besar mi mejilla. Esta vez, las lágrimas ya estaban ahí cuando profanaste mi barrera. Quisiera poder tenerte en mis brazos y crear un muro que detenga cualquier ataque, pero sé que no pasará. Sé que no podré, y de nuevo, no podré ver a mi alrededor, porque no existirá nada sin ti a mi lado.

Aún así, te seguiré mientras la luna permita con su luz convertirme en tu sombra, y protegerte de lo que mi desfallecido ser pueda, porque sencillamente, te amo.

Aquí permaneceré

Quizás mis palabras rasguen de nuevo tus heridas.

Quiero callar, quiero poder sanarte, quiero que me dejes hacerlo, pero no soy yo quien tu pretendes que lo haga. Quisiera que mis labios seiaran esas palabras, que no las dejaran huir y poder decir simplemente que estaré ahí, y aunque sé que lo estaré, me dará miedo lastimarte, porque sé que pueden ser crueles mis actos y que más que ellos, mis palabras. No las diré. Guardaré silencio mientras te miro desde aquí.

Una disculpa, un beso. ¿Qué más te puedo ofrecer? no hay nada que ofrecer.

Una sencilla y frágil muñeca de papel, pudiendo romperme en un vaso con agua, en la más joven turbulencia

¿Sabes? No es fácil.

La mariposa no le puede jurar al alba que no quiere volar en su presencia, cuando ella misma sabe que es lo que añora, y que aunque ilumine lentamente al resto de los seres, siempre va a estar bien con el sutil destello que le ha permitido saborear.

De alguna forma, las palabras que dices... esas palabras, su sabor, su olor, me deleitan. Aún cuando la compasión se adueñe del momento, siempre estarán en mi cabeza, recordando que no debo dejar que todo se venga abajo. Que el sabor amargo de mi sangre emanando de las heridas, siempre puede cambiar al más delicioso y embelezante. Aquellos labios que las dicen, aquellos ojos que las han lanzado...

¿Qué les respondo? ¿Cómo les complazco? Que inutilidad. Impotencia. Es lo que merezco: una herida que sangre hasta dejarme inconsciente para que entienda lo que tengo ahora y estoy por perder por un capricho.

jueves, abril 22, 2010

Testamento

Hoy no poseo nada. No puedo dejar nada porque no poseo alguna riqueza, pero sí cualidades y habilidades.


Deseo que mi capacidad de amar sea entregada a mis padres , que entregaron todo por mi, para tenerme aquí y mantenerme aquí. Que sin ustedes, no sería capaz de ver lo que amar es.


Mis escasas habilidades para escribir, me gustaría fueran aprovechadas por aquellos que son dominados por incultura y estupidez, y que son incapaces de mirar lo hermoso que hay en pequeños detalles a los que son insensibles.


Quiero alegrar con mi sonrisa a aquellos que sólo ven cosas vanas en su camino, que nunca se preocuparán por sonreír a un desconocido tan sólo, porque es desconocido, siendo que algún día, necesitarán una sonrisa que retrase su ocaso.


Mis manos, que plasman en papel todo lo que he visto y lo que espero ver, ruego que sean entregadas a aquellos que no conocen la realidad, y que con este instrumento, lleguen a descubrir la diferencia, siempre mirando el porque de las cosas, y buscando una forma de sonreír a lo que encuentren, porque en el camino, hallarán cosas dolorosas que traerán alegrías más grandes.


Me gustaría poder admirar mis pies, guiando a las personas perdidas a lo que realmente anhelan, que caminando junto a ellos, encuentren sus metas y sueños, porque cuando lo logren, el mundo tendrá el color que ellos deseen y serán capaces de encontrar algo que creyeron inexistente.


Mis labios curarán todas las heridas que parecieron eternas, y con ayuda de mi voz y simples palabras, los harán estremecer al sentir el aliento de lo que realmente valoramos y amamos, porque una herida, sólo es un dolor que no queremos olvidar para recordar siempre lo que es importante en nuestra vida.


Esto, y todo lo que aún queda dentro de este recipiente llamado “cuerpo”, te pertenecerá en principios a ti. Por eso, YO, EN PLENO USO DE MIS FACULTADES MENTALES, QUIERO QUE APROVECHES COMO MEJOR FUNCIONE, TODO LO QUE TENGO, Y CUANDO YA NADA TE SIRVA, ENTREGALO A QUIEN CREAS QUE LO NECESITE. PERO POR AHORA, TODO LO QUE TENGO ES Y SERA TUYO.